El Concejo Deliberante de Villa Gdor. Gálvez aprobó el proyecto presentado por los Concejales socialistas Adrian Orellana y Carlos Dolce que designa con el nombre de «Plaza Carlos Fuentealba» al espacio verde ubicado en calles Belgrano, Brown, Emilio Sola y Pje. Ushuaia.
Ante de la sanción de la Ordenanza Carlos Dolce expresó: «Quiero agradecer a los docenes y dirigentes de AMSAFE Rosario que participaron en este proyecto y destacar que somos la primera ciudad que reconoce con un espacio público a este maestro que perdió su vida en la lucha por los derechos que les corresponden a él y a sus compañeros». Agregando además que «este es un homenaje a Carlos Fuentealba pero también a todos los docentes que permanentemente, todos los días, forman y educan a nuestro presente y futuro».
Carlos Fuentealba nació en 1966 en Junín de los Andes, provincia de Neuquén, Argentina. Creció en San Martín de los Andes donde realizó los estudios primarios. Se trasladó a la capital provincial para realizar sus estudios secundarios en la escuela industrial, donde se recibió de técnico químico.
Que en el año 2005 recibió su título docente a los 38 años de edad. Comenzó a trabajar como profesor de química en el Centro Provincial de Enseñanza Media nº 69 de la Cuenca XV, allí fue elegido por sus compañeros como delegado sindical. En 2006 recibió el premio del «Rey del Colegio» como mejor profesor, distinción otorgada por los estudiantes. Al momento de su muerte Fuentealba tenía 40 años y dos hijas de 10 y 14 años.
Que el 4 de abril de 2007 Fuentealba participaba de una protesta en el marco de la huelga del sindicato docente, la cual fue reprimida con balas de goma, gases lacrimógenos y un carro hidrante.
Que fue allí donde Fuentealba recibe una descarga de granada cuando se encontraba dentro de un automóvil, sentado en el asiento trasero. Un policía de nombre José Darío Poblete abre fuego contra él con un lanzagranadas desde una corta distancia; el cartucho de gas lacrimógeno atravesó el vidrio del vehículo y le pegó en la nuca, causándole el hundimiento del cráneo.
Que la injusta muerte de un luchador no debe caer en el olvido y resulta necesario rendirle un justo y merecido homenaje para que su trabajo y su compromiso sea recordado por las actuales y futuras generaciones.
Ante de la sanción de la Ordenanza Carlos Dolce expresó: «Quiero agradecer a los docenes y dirigentes de AMSAFE Rosario que participaron en este proyecto y destacar que somos la primera ciudad que reconoce con un espacio público a este maestro que perdió su vida en la lucha por los derechos que les corresponden a él y a sus compañeros». Agregando además que «este es un homenaje a Carlos Fuentealba pero también a todos los docentes que permanentemente, todos los días, forman y educan a nuestro presente y futuro».
Carlos Fuentealba nació en 1966 en Junín de los Andes, provincia de Neuquén, Argentina. Creció en San Martín de los Andes donde realizó los estudios primarios. Se trasladó a la capital provincial para realizar sus estudios secundarios en la escuela industrial, donde se recibió de técnico químico.
Que en el año 2005 recibió su título docente a los 38 años de edad. Comenzó a trabajar como profesor de química en el Centro Provincial de Enseñanza Media nº 69 de la Cuenca XV, allí fue elegido por sus compañeros como delegado sindical. En 2006 recibió el premio del «Rey del Colegio» como mejor profesor, distinción otorgada por los estudiantes. Al momento de su muerte Fuentealba tenía 40 años y dos hijas de 10 y 14 años.
Que el 4 de abril de 2007 Fuentealba participaba de una protesta en el marco de la huelga del sindicato docente, la cual fue reprimida con balas de goma, gases lacrimógenos y un carro hidrante.
Que fue allí donde Fuentealba recibe una descarga de granada cuando se encontraba dentro de un automóvil, sentado en el asiento trasero. Un policía de nombre José Darío Poblete abre fuego contra él con un lanzagranadas desde una corta distancia; el cartucho de gas lacrimógeno atravesó el vidrio del vehículo y le pegó en la nuca, causándole el hundimiento del cráneo.
Que la injusta muerte de un luchador no debe caer en el olvido y resulta necesario rendirle un justo y merecido homenaje para que su trabajo y su compromiso sea recordado por las actuales y futuras generaciones.
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